MIÉRCOLES 31 DE ENERO
Hoy también he ido a las charlas de la Massana. Para hacer tiempo he pasado por la calle y me he metido en la filmoteca. Vayaa, vaya la aventurita que he tenido en la filmoteca…
He entrado en la Filmoteca con intención de mear. Sería media mañana, sobre las 11.30 o las 12.00. He pasado al vestíbulo y bueno, no había gente: el guardia, la chica de taquillas y dos personas hablando. No me ha parecido nada extraño y como no conozco mucho el edificio, después de dar un par de vueltas por el vestíbulo buscando las señales de los servicios me he decidido a bajar por unas escaleras mecánicas al piso inferior, dónde está la sala Chomón. Justo llegaba al rellano de las salas de cine que un chico salía por una puerta. Todo normal. Encuentro el baño, hago mis cosas y salgo. Al salir me he estado haciendo selfies en los espejos. Recuerdo perfectamente que he pensado en que todo me parecía muy “David Lynch”. Mucho rojo, mucho dorado, espejo, pasillo… Como si fuera un sueño sacado de Twin Peaks. Cuando ya quería irme me he fijado en que en todas las puertas de ese pasillo-rellano ponía “tancat” y me ha sobrevenido un sudor frío atávico.
Las únicas escaleras que he visto en estos microsegundos de aturdimiento han sido las mecánicas que bajaban al sótano dónde me encontraba. Solo se me ha ocurrido escapar de ahí por la puerta de emergencia. Salgo… y otro pasillo, también muy Lynchiano. Esta vez más oscuro. A lado y lado de las escaleras (en realidad no era un pasillo, eran unas escaleras-pasillo) hay fotos de grandes directores de cine que al pasar por la filmo han dejado un agradecimiento y una firma. Una especie de Hall of fame. Y he estado chafardeando lo que decían unos cuantos.
No sé cuánto tiempo habría pasado desde que entré por la puerta principal de la plaza de Salvador Seguí hasta darme cuenta de que se me hacía tarde… sería bastante. Pues nada, al acabarse estas escaleras de la gloria solo había dos salidas, también de emergencia. Una a la derecha y otra a la izquierda y en las dos con el mismo cartel: “prohibido salir hasta el final de la película”. Mira se me ha metido en el cuerpo una sensación de mal sueño increíble. Que habrán sido segundos, pero he vuelto a bajar las escaleras, he abierto la puerta inferior y he comprobado que seguía en el piso de abajo sin salidas… He vuelto a subir las escaleras y ya por inercia he cogido la puerta vetada de la Derecha y lo que me he encontrado ha sido la plaza de Salvador Seguí otra vez. De golpe ha empezado a sonar una alarma muy alto… y yo he empezado a andar rápido porque estaba todo el carrer Robadors mirando en mi dirección. Ahí me he dado cuenta de que he accionado la alarma del edificio, LA ALARMA DE LA FILMOTECA. Y estaba todo el centro del Raval “niiino-niiiiino-ní”.
Me ha dado muchísimo apuro… tanto que he decidido volver a entrar e ir a avisar para que apagaran el pito que no paraba de sonar. En el vestíbulo, el seguridad y la chica de la taquilla estaban charlando así que me he esperado alguna pausa. Veo que se callan y que de forma más hostil que amable me preguntan qué carai hago ahí en horas en que el centro está cerrado. Pues mira, que he entrado a mear que tal, que cual, que si el pasillo, las tres puertas cerradas… que he accionado la alarma del edificio y vengo a avisar para que la apaguen que he sido yo. No me entienden. El seguridad ya me mira raro… como que va viendo que me he escapado “de algo”. Cuando termino esta segunda vez ya directamente me habla como quien riñe a una niña pequeña y esto me parece súper desagradable. “Ya no somos amigos” y la conversa se tensa. El seguridad me pide que repita con él todo mi trayecto (si, me está tratando como a una niña), quiere ver todo lo que he hecho. Bajamos las mecánicas, le digo como me quedo atrapada en el vestíbulo del sótano y él, a cada puerta que vemos, me va diciendo “¡es que no ves que pone prohibido!” y yo le voy diciendo “claro-claro POR ESO-POR ESO”. Súper RARO. Lo peor de este paseíllo, la sensación: como cuando la señu te lleva del bracito a repetir algo porque te has portado mal. Cuando hemos vuelto a llegar a la salida, a mi primer intento de despedirme rápido él me ha dicho “Es que claro, si no aquí ¡entraría todo el mundo!”. Mira, me he despedido amable pero con un vete a la mierda mental bien grande mientras le decía “que yo solo quería ayudar y que apaguen la alarma, si lo sé sigo andando y no os enteráis absolutamente de nada” (¡Capullo!).
Fin, me he largado cabreadisima hacia la charla de la Massana. Surreal. Y la charla.. meeeh, esperaba otra cosa hoy. Pero he estado palomeando por una expo de trabajos de alumnos que tenían en la planta baja. Le he hecho una foto a uno. Me ha parecido que de golpe tiene relación con la carta de amor que tengo de Consuelo y con una reprimenda que la directora del tribunal de Tesis de Celia le echó allí mismo por tener muchas faltas de ortografía en sus anotaciones en francés. Celia intentó defenderse admitiendo que con lo que se le estaba extendiendo la Tesis, cuando llegó a las citas en francés (teniendo en cuenta que ella no controla mucho del idioma), no les puso mucha atención. Me gustó muchísimo esta parte de la lectura. Me pareció cercanísimo que estuvieran discutiendo por eso. Luego la señora presidenta se unió a los vaticinios del resto de la mesa que no paraban de pedirle un libro o un par de libros de la Tesis como si fueran nuevas temporadas de una serie de Netflix. No le diría lo de las faltas para hacerle ningún rasguño, creo, era más bien un tirón de orejas hasta cariñoso.
Como dice Rancanpino, ” El flamenco se canta con faltas de ortografía”. Y me he acordado de un video de Jodorowsky en el que habla de la ortografía y dice que hay que liberarse de ella.
Tengo la sensación de que la cuestión de la Ortografía es algo menos anecdótico de lo que parece en todo esto de la canción. Hay ahí un hilo Dadá-metafísico entre mis dramas ortográficos, que me encuentre una escena así en la tesis de Celia, lo que dice la cartela del monigote y sobretodo, en la canción. ¿Habría de tener la musicalización de la carta a Consuelo un espíritu algo flamenco?
La ortografía es lo que más ternura me da y me gusta de lo que hay escrito en la carta a Consuelo. En la carta hay faltas, como en el barrio, como en el personaje, como en lo que estoy haciendo yo.
JUEVES 1 DE FEBRERO
He visto en Instagram que la nota de Celia es un Cum Laude. Me alegro. Que guay realmente.
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No paro de darle vueltas a la escena de la filmoteca… me da que es como un comentario Iceberg. Algo así como que la anécdota en la superficie parece intrascendente pero debajo de la línea de flote se esconde absolutamente todo lo interesante. Debería poder mapear esto. El meollo.
Proyecto seleccionado en la convocatoria 2018 de Sala d’Art Jove. (https://www.saladartjove.cat)
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