Traducción del texto original La tornada a casa
He abierto la puerta de casa y cuando iba a dejar la maleta en el suelo he sentido un pinchazo en el ojo, y claro, he pensado en el consejero de interior y en su excrecencia carnosa bajo la barbilla. Y también he pensado, y no me preguntéis por qué, en el ultradesfalco de Díaz-Ferrán, que siempre, todo sea dicho, me ha hecho pensar en un tio chungo de futbolín. Y he visto la cabeza de mi madre sobresaliendo por el respaldo del sofá. Se ha quedado dormida mirando las noticias, pensé mientras le miraba la cabeza, todavía en la puerta, yo, y con la maleta en la mano. Tras la cabeza de mi madre, la tele encendida, alguien en el parlamento decía que todo lo que empieza con dificultades acaba siempre bien. Hay que ser muy corto para decir una tontería como ésta, he pensado en la puerta de casa con la maleta todavía en la mano. Y muy idiota para aplaudir esto, he pensando. Y entonces, como están las noticias, he pensado, ha salido el Wert en rueda de prensa y me ha venido a la cabeza un enorme prepucio húmedo adoctrinando niños. Y en esto pensaba cuando me he dado cuenta de que llevaba un buen rato en la puerta de casa, que quería mear, y que aún no había dejado la maleta en el suelo y que, de hecho, todo respondía a que aún tenía el miedo dentro del cuerpo y que, quizá sí tenía razón la enfermera cuando esta mañana me ha dicho que cuatro días en el hospital no son suficientes para una herida como ésta. Otra punzada en el ojo y he pensado en la ministra con peinado de Golem, la que se parece al de Martes y 13. Y como que he empezado a reír, otra punzada en el ojo … cuatro días en el hospital no son suficientes, pero nos faltan camas, dijo la enfermera, he recordado mientras me giraba para cerrar finalmente la puerta de casa. Los putos recortes de Boi-Ruiz, me dijo anoche el compañero de habitación, he pensado, con la maleta todavía en la mano, y de el hijo de puta ese que ha vaciado la caja del hospital de Blanes, que me dices? Vaya pedazo de hijo de la gran puta!, me dijo el compañero de habitación, he recordado, con la maleta todavía en la mano. Muchos políticos, pensé, son como ratas huyendo por los pasillos del Senado para no responder a los periodistas. Y esto de las putas teñidas de rubio y los colmillos de elefante … en fin, es sórdido, he pensado con la maleta en la mano. Y las enfermeras van de blanco, pensé cuando me llevaban al quirófano, he recordado, y los esbirros de Puig iban de negro, pensé, he recordado con la maleta en la mano. Me he acercado a mi madre que dormía, ahora en la tele salía el Duran i Lleida. Aún habla el Wert éste?, dijo mi madre, que de hecho estaba dormida, y hubiera reído pero el ojo, ahora sí, me dolía de verdad. De hecho no era el ojo, no sé dónde cojones para el ojo, me dolía el cojones de agujero del ojo y no me atrevía a dejar la maleta en el suelo porque esto querría decir que, definitivamente, había llegado a casa, que los médicos ya habían hecho lo que tenían que hacer, y que yo ahora, empezaba una nueva vida con un solo ojo. Otro pinchazo y he pensado, ahora sin coñas, en el desvergonzado este que dice que no dispararon balas de goma, cuando todo el mundo había visto los vídeos en youtube con policías disparando balas de goma. Y he pensado, maleta en mano, dolor en la cuenca ocular, que hay que ser muy desvergonzado y también indecente para disparar contra gente desarmada y he pensado que hay que ser un perfecto inepto por no contar con youtube, y las redes y todo eso, y muy incompetente para no saber qué saben tus víctimas y qué pueden hacer tus víctimas, y en las paletadas de vídeos y también, maleta en la mano, madre durmiendo, punzada en la cuenca, tele encendida, que Puig debería dimitir por sanguinario, por mentiroso, por ineficiente, por no saber que vive en el siglo XXI. Por viejo.
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