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Sobre el treball cultural com a laboratori neoliberal

Escrit el 31/03/2020 per La Murga a la categoria El COVID19 i la cultura que ve.
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La Murga, la cooperativa desenvolupada a partir d’Indigestió, estava a punt de constituir-se abans del confinament pel COVID19. La reclusió ens impedeix anar al notari, però no començar a actuar. Des del lloc on volem fer-ho -pensant la cultura com quelcom comú-, i tenint en compte alguns debats culturals que hi ha hagut a xarxes i en alguns mitjans els darrers dies, tenim ganes d’intercanviar impressions entre nosaltres i amb més gent, i explorar el lloc on es poden trobar cultura, treball i renda bàsica universal. Ho volem fer revisant coses que ja s’han dit i ara semblen prendre nova rellevància, ho volem fer per necessitat pròpia, i ho volem fer amb ganes d’actuar.

El proper dissabte 4 d’abril proposarem un vermut virtual per intercanviar idees, però, fins llavors, recollirem i compartirem alguns textos del passat que ens sembla que poden ajudar a la conversa. Aquí va la segona parella de textos, sel·leccionats per Andrea Soto Calderón i Rubén Martínez.

“El trabajador creativo se encuentra hoy en una situación paradójica que a menudo roza la esquizofrenia. Su posición es estratégica pero a la vez invisible y subsidiaria. Posee las aptitudes más apreciadas en el mercado laboral pero sus condiciones de trabajo son miserables. Y si bien es cierto que se reconoce en los discursos exaltados sobre el conocimiento como motor de la economía, a menudo no aprecia ni los métodos ni los resultados. Enfrentado a sus propias contradicciones, oscila entre por un lado la figura fascinante de la élite informacional à la Florida y por otro, el estereotipo del net-esclavo o el precariado tecnocultural como el sugerido por Gill. Ambos referentes le resultan cercanos y aplicables a su situación pero ninguno la capta en toda su complejidad. Además, desde el punto de vista de la teoría socio-económica clásica son figuras antagónicas: ¿cómo se puede ser élite y proletario al mismo tiempo? Y sobre todo ¿cómo puede una masa de trabajadores autónomos y que se creen independizados articular un lenguaje eficaz de reivindicaciones profesionales? “Los trabajadores culturales y cognitivos están acostumbrados a verse a sí mismos como una vanguardia y seguramente nos llevará toda una generación de proletarización y una nueva gran recesión persuadirles de que la organización colectiva es de su interés en el largo plazo”

En la práctica los creativos se autodefinen como agentes de resistencia. Saben que las decisiones que les afectan se toman en instancias en las que ellos nunca participan pero tienden a protegerse con fórmulas tácticas de corto o medio alcance. Evitan colaborar en proyectos cuyos objetivos no comparten o, si lo hacen, se convencen de que es sólo puntualmente, por razones de necesidad económica. Echan mano de todo su inventario informal de prácticas de supervivencia para seguir adelante, haciendo lo que les gusta. El problema es que la economía de nicho, la lógica de la subvención, las redes personales, el segundo trabajo que sustenta el creativo, los malabarismos varios sirven de manera coyuntural pero no son soluciones viables en el largo plazo. Y lo serán cada vez menos si el modelo productivo inmaterial sigue evolucionando en la misma dirección. En paralelo, es necesario poner en marcha contra-narrativas que cuestionen el discurso de la economía del talento y la expliquen desde dentro, con sus luces y sus sombras. Y a partir de ahí, haciendo uso de esa misma creatividad, imaginar posibilidades de acción política que transformen la posición clave de los trabajadores creativos en una estrategia profesional colectiva y sostenible.”

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Maria Ptqk (2008) “Be creative under-class! Mitos, paradojas y estrategias de la economía del talento” Biblioteca YP, Barcelona.

Disponible en: http://www.mariaptqk.net/wp-content/uploads/2013/07/be_creative_underclass_maria_ptqk.pdf


“La tesis que atraviesa de punta a cabo El nuevo espíritu del capitalismo es la siguiente: la crítica artista (fundada sobre la libertad, la autonomía y la autenticidad, las cuales reivindica) y la crítica social (fundada sobre la solidaridad, la seguridad y la igualdad, que a su vez ésta reivindica) «son con mucha frecuencia ejercidas por grupos distintos» y son «incompatibles».El testigo de la crítica artista, que los artistas pasaron a los estudiantes de Mayo del ’68, habría sido retomado seguidamente por las personas «distinguidas» que trabajan en los media, las finanzas, el espectáculo, la moda, internet, etcétera, es decir, por los «creativos» situados en las «alturas de la jerarquía sociocultural». Portada por los obreros del ’68, la crítica social habría sido retomada más bien por las personas modestas, los subordinados, los excluidos del liberalismo. Crítica artista y crítica social son, así pues, «ampliamente incompatibles».

La «crítica artista» suscita un trastorno en Boltanski y Chiapello, que se puede entender como un cierto desprecio mal ocultado. Este desprecio, desde su punto de vista, es fácilmente comprensible ya que «la crítica artista […] no es espontáneamente igualitaria: corre siempre el riesgo de ser interpretada en un sentido aristocrático», y «si no se ve templada por las consideraciones sobre la igualdad y la solidaridad que provienen de la crítica social puede rápidamente hacer el juego a un liberalismo particularmente destructor, tal y como se nos ha mostrado en estos últimos años». Por lo demás, la crítica artista «no es en sí necesaria para poner en cuestión eficazmente al capitalismo, como demuestran los éxitos previos del movimiento obrero obtenidos sin los refuerzos de la crítica artista. Mayo del ’68 fue, desde este punto de vista, excepcional». Durante la lectura del libro se siente también la presencia de un tipo de resentimiento contra Mayo del ’68, que atraviesa desde hace varios años las élites intelectuales francesas.

(….) Boltanski y Chiapello han hecho del artista y de su actividad el modelo de la economía liberal; un modelo construido sobre el «capital humano» en tanto que empresario de sí. Vamos a utilizar el trabajo de Michel Foucault Nacimiento de la biopolítica para dar cuenta del malentendido generado por la idea de que es entre los artistas en donde se ha de encontrar el modelo de la actividad económica contemporánea.

Tal y como nos recuerda Foucault, el neoliberalismo tiene necesidad de reconstruir un modelo de homo oeconomicus; pero, como veremos inmediatamente, éste no tiene mucho que ver ni con el artista ni con la «creatividad» artística. El neoliberalismo no busca su modelo de subjetivación en la crítica artista porque tiene el suyo: el emprendedor, un modelo que se quiere generalizar a todo el mundo, artistas incluidos, como en el caso de los intermitentes franceses. En la «reforma» de la intermitencia, el nuevo periodo de prestación por desempleo para los intermitentes se considera un «capital» por días de prestación recibida que el individuo debe por su parte generar en tanto que «capital».”

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Maurizio Lazzarato (2007) “Las desdichas de la “crítica artista” y del empleo cultural” Transform/EIPCP.

Disponible en: https://transversal.at/transversal/0207/lazzarato/es


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