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Hogar (1): Diversión con banderas

Escrit el 09/10/2017 per Elena Fraj a la categoria Lo repartido luce más.
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Un hogar es un lugar al que poder volver, dice mi amiga Maite. Para saber si una está en casa, entonces, hemos de probar a salir de ella. Si a la vuelta no tenemos ganas de entrar es que se trataba de una huida.

Me fui el verano pensando en medio-huir de esta ciudad imposible. Nos fuimos de veraneo como los ricos, dice Stefania, a pasar los meses de calor al norte solo que con los ordenadores conectados, como los currelas.

En ese impasse Catalunya se abrió. Cuando todavía no habíamos asimilado los atentados nos sorprendió el #1o con el desbordamiento por abajo y la cercanía con algunos de los de arriba. Por abajo se organizaron comités de defensa en los barrios, la gente puso el cuerpo delante de los colegios frente a las hostias de la poli. Mi hermano dice que en cuanto hay meneo en la calle lxs activistas nos lanzamos de cabeza y es después cuando nos paramos a pensar dónde nos hemos metido. En este caso la paradoja se dio para muchxs porque las trincheras pacíficas de los colegios se convirtieron en la retaguardia de una parte de las instituciones políticas catalanas. Frente a esta contradicción de estar al lado de los que nos torturan (“a mi solo me pegan los mossos” leí por tuiter no me acuerdo a quién, disculpas al autor/a) yo decía “al lado de esos jamás!” Mientras otrxs argüían “es el desborde, el desborde!” yo me decía “claro, la retaguardia es la nueva vanguardia!”.

Después de eso empezaron a pasar muchas cosas, todo iba a muy rápido, las redes hervían. Por la mañana muchxs decían públicamente “somos valientes” al estilo de lo que viene siendo la épica indepe (tan aburrida). Sin embargo, en la calma de la noche y de forma privada compartiríamos el miedo a través de nuestros grupos de chat de colegas. Asimismo unxs decían… “la grieta! es la grieta del régimen del 78!” Of course pensaba yo… “el régimen del 78 me aprieta el chocho!”. Más tarde otrxs decían que los nacionalismos nanai y yo acompañaba así como por rumba nanainainanaaa… vamos que iba de un lado al otro y todo me parecía bien: defender el independentismo pero nunca el nacionalismo, estar siempre abajo y jamás con los de arriba pero estar con los de arriba solo un ratito y que no se vuelva a repetir (por estrategia) pero no, que lo de los estados está muy demodé que el asunto está el capital, el capital…

La pregunta de si éste era un lugar al que volver apareció esta vez con fuerza, la ciudad imposible amenazaba con algo más que la violencia económica a la que nos tenía acostumbradxs. Seguía sin respuesta a la pregunta de es éste mi hogar? esta casa es casa nostra?. No me atraviesa el independentismo como sentimiento aunque llevo veinte años aquí, mucho menos el nacionalismo y su capa simbólica basada en la sensiblonería, que es el postureo de la sensibilidad. Quizás como discurso aprendido de algunxs compañerxs con lxs que me solidarizo en todo caso y de forma coyuntural y estratégica se pueda pensar que un estado quite otro estado. Se trataría de algo así como de un juego semiótico donde los estados son significantes cuyos significados están separados. Robando a Sheldon Cooper el título de su programa Diversión con banderas jugaríamos a que esos símbolos mantienen una relación arbitraria entre los colores y sus significados. Y, en tanto que arbitrario se trataría de pactar un nuevo significado, de darle un nuevo contenido a ese contenedor, el estado. (Me pregunto si por eso arden los contenedores en algunas manis…) En este juego podríamos deshacernos del yugo de la Transición y pasar del estado de excepción con el que amenaza el gobierno central a un estado excepcional. Pero, hete aquí la cosa: un estado, puede ser un hogar?

Andaba pensando sobre todo esto pero no me da. La realidad se impone tan velozmente a cada instante que no puede ser pensada. Algo ha crujido muy fuerte y hay urgencias: la violencia por parte del estado, el auge otra vez del fascismo y la pérdida de derechos fundamentales son amenazas que están aquí y que nos exigen actuar con el foco puesto en un back to the basics


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