A veces me equivoco y… digo lo que pienso.
Creo recordar que hablando del libro psicopatología de la vida cotidiana, alguien me explicó la historia del carnicero. Era, más o menos, así: al salir del teatro al que habían acudido el carnicero y su mujer, acompañados de un matrimonio amigo, a cuya mujer deseaba fervientemente, el carnicero “se equivocó” y en el momento de la despedida se dirigió a su mujer para estamparle dos besos en la mejilla, afortunadamente corrigió la trayectoria a tiempo aunque a su esposa este detalle insignificante no le dejó indiferente. El subconsciente saltó el muro de la censura. El deseo encontró, por unos segundos, la manera de traicionar a los convencionalismos.
Pepe Rovira, durant la seva intervenció al 13è Fòrum Indigestió. Foto: Carles Llàcer
Pues bien, como que sabemos que somos víctimas de estos convencionalismos y necesitamos “equivocarnos” para mostrar esos pensamientos, sentimientos, deseos, que no caben en nuestros mundos de obviedades, quizás hemos de inventar lugares y formas donde estos tengan cabida. Quizás el arte, el humor, la cultura… puedan ser sitios más libertinos donde “mear fuera del tiesto” y atrevernos a contarnos otra política, otros mundos.
Por este motivo estoy en el pressentiment, porque de vez en cuando me permite alejarme del ruido de la mani, de los eslóganes, de las sirenas, y frente a una hoja en blanco, sentir, pensar, llorar. Por este motivo ha sido una satisfacción participar en este fórum. Con todo, he de decir que me ha ayudado a comprender hasta que punto uno (es decir yo) es esclavo de sí mismo, del miedo a la incomprensión, al rechazo ¡Cuantas cosas borré, no solo por cuestión de tiempo! ¡Qué temblores en el cuerpo!
Presiento que si buscamos algo parecido a la verdad vamos a tener que equivocarnos mucho, porque, efectivamente, el votante no es de fiar.
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Text de la intervenció:
“¡Toma ya! – Pepe Rovira, actor, ¡Mola! Bueno, actor y porquero; mecánico tornero, tallerista de soldadura, mozo en hacienda… muchos de vosotros os estaréis preguntando ¿actor? ¿Quién ha visto a este tío en una película? Y… sí, participé en la peli aquella del tipo que robaba taxis. Me da un poco de vergüenza, pero le dije al Jordi-preséntame como actor ¡no iba a presentarme como porquero!- Pepe Rovira. Porquero.
Vamos al asunto echando virutas:
Un día en el twitter de somcanvies vi una foto de David Fernández inmóvil, encarado delante de 5 mossos; otro día, vi en youtube como le hablaba a banqueros, “Jo no crec en la presó, però vostè hauria d´estar dins perquè vostè es un lladre” En ambos casos pensé ¡Que valor! ¡Qué integridad! Alguien que es capaz de decir eso a gente con tanto poder, merece mi admiración, pero al mismo tiempo y por primera vez, algo se invirtió. Siempre había pensado ¿Cómo haremos para controlar a los políticos que votamos? Con el David fue al revés, el pensamiento fue ¡Que aguante!, ¡Que tensión! Gastritis, úlcera de estómago, estrés, indigestió, ahí, solo… incluso por un momento pasó por mi cabeza “si algún día este hombre necesitara la ayuda de sus votantes ¿la tendría? el votante, y cuando digo votante, no hablo del militante convencido, me refiero al modélico ciudadano que tiene por única actividad política elegir entre un amplio abanico de papeletas ¿Se dará cuenta este buen ciudadano del gran desequilibrio que hay entre el hecho de votar y el de ejercer el cargo con abnegación y entrega? ¿se dará cuenta de la enorme injusticia que representa elegir a alguien, para que gobierne las cosas pequeñas mientras él, o ella, pone su interés en aquello que realmente importa?…las compras del sábado, el trabajo del lunes, las vacaciones de agosto, el yoga del martes y jueves, la puesta a punto del coche, el pago del IBI, el cumpleaños de Merceditas, la visita al dentista, el pintado del apartamento, el reciclado de la basura, la ultima del Woody Allen etc etc. No es extraño así, que algunos hayan intentado compensar estos desequilibrios con bastante éxito, y si no que le pregunten al Jordi o al Felipe González o a tantos otros.
Aquí, como diría un psicólogo hay una tensión mal resuelta. Intuyo algo perverso en estas relaciones.
Una nueva generación se está preparando para entrar en política ¡CUIDADO! El votante como tal, no es de fiar.
Vaya pues, mi alabanza y reconocimiento para el David Fernández, fuente de inspiración de estos atropellados pensamientos, aclarando que mi relación con él se limita al youtube y que ni siquiera soy votante de las CUP.
Ahora, un ensayo en forma de sketch, por unas nuevas formas comunicativas entre políticos y votantes.
Compañeros y compañeras: soy Pepe Rovira. Nací en el campo cordobés, tengo 62 años, jubilado, cobro una pensión de 559€ por 14 pagas. Con esta edad no tengo esperanzas ni ganas de encontrar un trabajo. Es por este motivo, que me veo obligado a pediros vuestro voto: por poco que cobrara ejerciendo de cargo electo en cualquier estamento, y aun después de dar la parte que me pidiera el partido, siempre sería más que lo que cobro actualmente. Esto arreglaría un poco mi economía. Además tengo un hijo al que me gustaría poder dejarle algún parabién.
Yo, por supuesto, haría lo que pudiera y os iría explicando cómo va todo; prometer no prometo nada. Es un mundo complicado y yo no quiero engañar a nadie. Una cosa sí que quiero que quede clara, no os robaría. Por lo menos, en la primera legislatura no os robaría así a lo gordo quiero decir. Ahora. Lápices, folios, bolis, tóner… lo que es material fungible…
Pepe Rovira, durant la seva intervenció al 13è Fòrum Indigestió. Foto: Carles Llàcer
Més informació:
- Programa general del 13è Fòrum Indigestió.
- Vídeo del Fòrum sencer.
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