LEM, Elèctric Bar, 15-10-09.
El set de Néboa recuerda al laboratorio de un inventor; una revisión de la historia de la lúdico-electrónica con miras hacia adelante. Dos Gameboys, Casios pervertidos, un teclado Omnichord, dos Furbies, una tortuga parlanchina, una batería electrónica, su inseparable Apple Fluzo y… mil artilugios más acompañaron a Javi Álvarez, que no dejó gadget ni espectador sin disfrute. Una partida arriesgada, un único jugador a tiempo real y 14 pantallas, entre ellas los principales cortes de “Todo volverá a ser diferente”. Un videojuego con bonus de minimal, dance, blues, barroco y verbo brillante. Néboa construye bit a bit melodías, paisajes que, unas veces trascienden, y otras divierten. ¿El premio? Un puñado de deliciosas e inquietantes gominolas y el gusto de interactuar con un espíritu libre.
Sonia Galve.
