Nat 17 feb_04 José Luis Martín
Hemos sufrido recientemente, y con ésta van ya demasiadas ocasiones, una serie de ataques graves a la libertad de expresión, y muy directamente ataques a la música, que debe ser el hilo conductor de nuestra confusa relación.
Una vez más las voces más ultras, fascistas y recalcitrantes de este reino han hecho valer los argumentos depositados en sus largas llanuras encefálicas, y a falta del “ence” han esgrimido los falos, y después de agitarlos cara al sol y tras el bombeo sistemático del brazo derecho, en un movimiento tan básico que hasta los monos saben reproducir, han eyaculado amenazas y consignas cromañonas, limpiándose su derrame cerebral con su bandera y dejando al aguilucho tan pegajoso como en los tiempos de Paco. Parece ser que hoy en día la capital del reino, Madrid, está vetada para todo aquel que no cante en cristiano y no piense igual que la gaviota de marras, pájaro que al fin y al cabo se diferencia poco del aguilucho de los cojones.
Es por eso que bandas como Berri Txarrak o Fermín Muguruza no han podido actuar, y por ese mimetismo de los simios a quitarse piojos cuando ven al vecino rascarse, han salido del armario fascistas y “demócratas responsables”, que es como se llaman ahora, por todo el reino de esta piel de toro, y los problemas se han extendido allá donde la cristiandad aznariana ha calado. No es un problema de hoy, ni tampoco lo será de mañana; se trata de un problema a más largo plazo, el cual hoy te puede parecer que no te afecta, porque entre otras cosas quizá ese tipo de bandas no te gustan, no va con tu rollo, no es tu onda, o simplemente no son “in” ni “cool”; también es posible que a ti La pelota vasca no te guste como tipo de cine, pero eso no implica que te preocupe el linchamiento oficialista y democrático al que se sometió…
Pero hay algunas cosas que te tienen que quedar muy claras, seas del color que seas, tengas los gustos que tengas y pienses como pienses. En primer lugar, que un país donde la gente no se pueda expresar libremente, sin prohibiciones y sin amenazas es un país sin libertad, sin democracia y sin dignidad, digan lo que digan los llamados demócratas. Y segundo, y eso lo entienden hasta los niños de P5 en el patio de su colegio, cuando no te dejan hablar, cuando no te puedes ni mover, cuando no puedes ni pensar libremente, ¿cómo cojones te pueden pedir que no seas violento?
J.L.Bad
Por cierto, la falta de libertad de expresión es un problema mucho más grave que la piratería; pero afecta a los autores y no tanto a la industria… ¿verdad señores?
