Nat 08 abr_03 José Luis Martín
El cerdo es posiblemente el animal más repugnante que existe. Sin embargo, no podemos discutir ante los que fervientemente lo defienden argumentando que de él se aprovecha todo… y parece que es cierto. Un animal que no tiene tan mala prensa aun siendo de características similares es la gaviota. Ave que tiene todas las propiedades que al cerdo le menosprecian pero que no ha adquirido ninguna de sus virtudes… porque de ella no se aprovecha nada. Lejos de parecerse al protagonista de Juan Salvador Gaviota, esta ave es como un cerdo con alas: devora todo lo que pilla o roba, arrasa a su paso dejando sólo desolación. Allí donde cagan no crece la hierba y, por desgracia, lo único que hacen es joder, comer y cagar… en fin, un animal despreciable que… Creo que me estoy saliendo del tema…
Hoy iba a escribir sobre un concierto que vi hace más de quince años en un lugar de L’Hospitalet llamado “Los Garajes” y que no era otra cosa que un proyecto de casa okupa donde unos listillos montaban conciertos de punk rock sin pagar impuestos y cobrando entrada (muy parecido a las de hoy). Allí pude ver los mejores momentos de Decibélios, Goma2 y otras bandas de la época. El concierto en cuestión no recuerdo de quién era. A mi memoria vienen recuerdos de muy malas melodías, pero en aquellos tiempos eso era lo que menos importaba. Produjo en mi un flash interesante por un hecho ridículo, absurdo y lamentable. En medio de la actuación el vocalista de turno sufrió un ataque de epilepsia y cayó redondo al suelo en medio de convulsiones, espasmos y demás; a pesar del estado etílico que compartíamos en aquel recinto, muchos nos dimos cuenta de la situación mientras que la masa se agitaba entre pogos, vítores y aullidos por el espectáculo… incluso cuando la banda dejó de tocar y se lo llevaban entre la peña, ésta seguía gritando y algunos le animaban: “¡Hijo puta, qué bueno eres!”.
Han pasado muchos años y la sensación que tuve en “Los Garajes” la he vuelto a tener en repetidas ocasiones. La última vez, muy recientemente: cuando veía en la tele la noticia de que en un local llamado “Las Cortes” se debatía sobre “la guerra” y, más concretamente, cuando dieron el resultado que ganaba un sí al uso de bombas y demás… no sé, me resultó familiar y recordé el día de “Los Garajes”. Desde hace tiempo, el tipo del bigote que parecía vocalista de “la banda” sufre algo peor que la epilepsia. La masa se agitaba entre pogos, vítores y aullidos por el espectáculo… e incluso cuando el del bigote salía del recinto del concierto, ésta seguía gritando y algunos seguro que le animaban por lo “bajini”: “¡Hijo puta, qué bueno eres!”. Era la misma sensación desagradable que da ganas de vomitar… y juro que en esta ocasión no había bebido…
Por cierto, ahora que caigo: el logotipo de “la banda” que daba el concierto era una gaviota, es decir, un cerdo volador… ese animal que, por desgracia, lo único que hace es joder, comer y cagar… en fin, un animal despreciable que… “Porque las palabras son mucho más rápidas, fuertes y peligrosas que las bombas, no te cortes: ¡NO ALAGUERRA!”
