Nat 4 des_02 José Luis Martín
Se acabaron las faustas celebraciones del imperio americano de la comunicación musical, MTV, y toda la ciudad salió retratada con un ambiente de glamour y gente “in” que dejó las calles perfumadas de fragancias elitistas del mainstream. No sé cuantas habitaciones de hoteles ocupadas, todos los coches de alquiler de lujo acaparados, fiestas fantasmas por doquier por si a alguna estrella se le ocurría salir a ver y conocer la ciudad no fuera que descubriera una urbe cosmopolita y poco glamourosa, por lo que se llenaban de figurantes bien ataviados con uniformes “modelnos” y televisivos.
El alcalde, los políticos, los apolíticos, los ateos y los fachas, todos en comunión como canción de Serrat de no sé qué fiesta de pueblo, todos en procesión a Montjuic, la montaña más iluminada y perfumada del planeta durante una noche; todos, hasta los independientes y alternativos, que no se dejaron ver por Barna aquella noche y que días antes perdían el culo por conseguir una entrada, o la virginidad, por una acreditación.
Pero todo pasó y nos quedó el hambre de nuevo, sin el plan Marshall musical nos quedamos como estábamos, sin público interesado por lo que ocurre aquí, por unos días, sin ecos de prensa que no fueran para lanzar alabanzas al impresionante espectáculo circense, y con una mano delante y otra detrás. O sea, alternativos a la fuerza, aunque por unos días vivimos el sueño americano en Barcelona, nos cruzamos con los ídolos en las Ramblas, recibimos empujones y cachetes de los gorilas por acercarnos demasiado y con un poco de suerte salimos en la TV, bien en las fuentes de la Plaza España, bien en la cola del Sant Jordi, o bien dentro, de guay…
Esa misma noche había unos poquitos en Apolo viendo a Bondage. Para que nos vamos a engañar, sólo estaban los rencorosos, aquellos de “cómo no tengo invita, ahora te jodes y no voy! Qué soy alternativo, independiente”. Más tarde tocaron Brighton 64, unos históricos sin “glamour”, en Sidecar y también Beef, medio comunistas o anarquistas sonoros, en Apolo, pero qué más da. Nada que ver con las lentejuelas, los trajes, los coches de lujo, los sombreros de vaquero, los raperos de sombrero, los blancos de negro y los negros de blanco, además del tomate en salsa del aserejé, el Alejandrito, el coño de la Bernarda, el flautista de Hamelín etc… Qué más da quien pueda actuar en Barcelona en la próxima década, ya nada volverá a ser igual a aquella noche cuando la MTV aparcó en Barcelona; hasta los tubos de escape desprendían buen olor.
¡Qué asco!